19 nov 2016

Camarón

24 años de su marcha. Un genio gitano nacido en San Fernando (Cádiz) revolucionó las raíces y no raíces del cante flamenco, llegando a transformar ese noble arte cultural de minorías en grandes mayorías. Llegó a dar a conocer a las grandes masas lo que es el flamenco, dando una musicalidad que anteriormente no se había producido, sin violar los fundamentos tradicionales. Y lo difícil que es llegar a hacer eso, a convertir una música muy arraigada a las costumbres de determinadas regiones a exteriorizarla y darla a conocer a todo el mundo. Creo que es de recibo dedicarle algún texto a un maestro que a día de hoy, más de dos décadas después de su muerte, se le sigue recordando con más fuerza aún, si cabe, que el mismo día de su estancia en la tierra.


Camarón sabía de cante una barbaridad. Puede parecer obvio esta afirmación, pero muchos de sus contemporáneos dudaban de su sabiduría y su pureza a la hora de interpretar los cantes grandes. Durante mucho tiempo la gente lo tenía por un cantaor festero, y en cierta medida en muchos de sus festivales lo era, pero quien haya escuchado su discografía, entera, se dará cuenta de que es rico hasta la extenuación, manejaba bien todos los palos grandes y lo más importante, los hacía suyo, no parecía que hacía bulerías cuando cantaba por bulerías. Todo esto, gracias en gran parte al padre de Paco de Lucía, Antonio Sánchez, que lo versó en infinidad de cantes en su casa, proporcionándole a Camarón a su llegada a Madrid a principios de los 70, y "regalándonos" la gran discofrafía que el padre de los de Lucía tenía. José no era un cantaor enciclopédico al nivel de un Fosforito, donde éste interpretaba todos los cantes habidos y por haber, no cantaba murcianas, cosa que hacía de lujo Marchena o las roas, pero las conocía y los metía en otros cantes. He escuchado a Camarón cantar unos tangos y quejarse por ejemplo rematándolo con ese aire abandolao de los fandangos de Málaga por ejemplo. No cantaba los fandangos abandolaos pero sí metía ese eco final en unos tangos, y para eso tienes que conocer mucho de cantes. Los fandangos del Camas también los hacía suyo, los de Macandé, los de Morente, es que hacía suyo cualquier cante y por eso Camarón es lo que es… o lo que fue. No solo metía de los Peines, sino del Chaqueta, los trabalenguas esos tan característicos, cantes del Rubio, los cantes de La Perla de Cádiz, esos aires añejos de Manolo Caracol. Es que era inigualable en todo lo que hacía.

Mi padre comenta que lo escuchaba cantar en los billares que existían antiguamente en el Barrio de la Cruz Verde en Málaga cuando no llegaba a los 18 años y que aquello no era normal, ese metal de voz, esa manera de cantar, que parecía que no era flamenco, pero que sí lo era. O cuando venía a la Feria de Málaga siendo ya alguien reconocido y iba de peña en peña cantando.

Paco de Lucía estableció en alguna que otra entrevista comenta cualquier cantaor se queja y muchas veces ese quejío le sale, pero él no sabe cómo… Camarón sí lo hacía, sabía dónde había que poner ese ay quejumbroso; palabras de Paco de Lucía, que no lo dice un servidor.

Camarón era eso al fin y al cabo, un erudito, un músico genial y superdotado. Anteriormente en el flamenco la gente se quejaba y ese quejío gustaba, José iba más allá y ponía y se quejaba a drede, a sabiendas de que ahí y no por otro sitio, era por dónde tenía que fluir los cauces de la música flamenca.

0 comentarios:

Publicar un comentario